Un majestuoso milagro arquitectónico con más de 300 años.
En lo que a turismo religioso se refiere, Ipiales es el principal destino turístico de Colombia. Su belleza resalta en su santuario asentado en una alta colina que, tanto de día como de noche, deja impresionados a visitantes locales y extranjeros.

Una gran razón para visitar Ipiales
A casi tres kilómetros por encima del cañón Guáitara de Ipiales, el Santuario de las Lajas luce imponente. Esta basílica menor, declarada en 2006 como patrimonio de interés cultural, es una de las piezas arquitectónicas más antiguas de Colombia. Reúne cada año a miles de peregrinos y viajeros que, al pasar por la ciudad de Ipiales, deciden conocerla.
Ubicado en el departamento de Nariño, el Santuario de las Lajas se asienta sobre el río Guáitara, a no más de 15 kilómetros de la ciudad de Ipiales, la cual es fronteriza. Por el hecho de estar en ciudad fronteriza, la basílica es un destino común para quienes van de paso entre países y para peregrinos locales y ecuatorianos.

Su construcción se remonta a los años 1.700 y, por las múltiples tablas de piedra que miles de fieles han dejado, se pudo denotar que fue levantada con las ofrendas de personas de los dos países. Cuenta con una gran variedad de piezas de arte, como esculturas, vitrales, cuadros y artilugios indígenas.
A pesar de solo ser un lugar de peregrinación y con gran valor religioso y arquitectónico, actualmente se ha embellecido aún más; puesto que, con el aprovechamiento de su altura y diseño, las fundaciones encargadas de su protección diseñaron un espectáculo de luces para iluminar en las noches este santuario de forma inolvidable.

La historia detrás de la belleza
Las leyendas cuentan que, en el año 1754, una mujer indígena llamada María, viajaba por el camino con su hija Rosa a su espalda. Al pasar por la que llamaban “Cueva de las Lajas” por la forma de las piedras planas de las que estaba hecha, se sentaron a descansar. De repente, su hija Rosa comenzó a llamarla y a decir que “la señora mestiza la estaba llamando”.
Esto sucedió en varias oportunidades, pero María había optado por guardar el secreto de sus escépticos vecinos. Una noche, la pequeña Rosa desapareció y María fue a buscarla desesperadamente. En cierto punto de la búsqueda, un pensamiento cruzo por su mente: Puede que Rosa esté en la Cueva de las Lajas.
Y, en efecto, allí estaba la niña. Pero no se encontraba sola. Rosa estaba acompañada de una mujer de asombrosa belleza que miraba como la jugaba con un pequeño niño en el suelo de la cueva.
María al ver esto, se dio cuenta de que era Jesús. Le adoró en ese momento y durante muchos días visitó la cueva con Rosa, llenando las paredes de flores frescas. Pero la tristeza llego a su vida cuando su pequeña cayo gravemente enferma y sucumbió.
Desconsolada, María cargo el cuerpo de su hija y la llevo a la cueva. Allí se encontró con la madre de Jesús y le pidió un milagro. La hermosa mujer, compadecida en su corazón de madre, rogó a su pequeño hijo que le concediera a María el milagro de la resurrección para Rosa y esta volvió a respirar.
María, feliz, volvió con Rosa al pueblo, contando a todos lo que había sucedido. Muchos la acompañaron a la Cueva de las Lajas y al llegar contemplaron un espectáculo de luces sobrenaturales sobre las paredes de roca y la imagen de María, la madre de Jesús con el pequeño en sus brazos, grabada en una gran piedra plana al fondo de la cueva.

Se dice, que muchos peregrinos que han visitado el Santuario de Ipiales, desde aquel momento hasta la actualidad han recibido numerosos milagros para sus vidas. Por eso sigue siendo un destino importante para muchos fieles cristianos católicos que buscan avivar un poco más su fe.

¿Cómo llegar?
La ciudad principal más cercana es Pasto. En ella se puede tomar un autobús en el terminal de pasajeros hasta la ciudad de Ipiales, cuyo precio varía entre los 15.000 y 20.000 C.O.P.
En Ipiales, se puede tomar un taxi para llegar al Corregimiento del Santuario de las Lajas, en el cual encontrarás diversas maneras de acceder a la basílica, incluyendo un teleférico de gran altura.
Historia, belleza, cultura y misticismo en un solo lugar.
No es un destino que se pueda pasar por alto. Desde la grandeza de su construcción, hasta sus elaborados espectáculos nocturnos, el Santuario de las Lajas, al igual que la Catedral de Sal en Cundinamarca, atrae a miles de visitantes cada año. Se uno más de los que se deleitan con estos 300 años de historia en la basílica de Ipiales.